Cuando el afectado no muestra ningún interés en hacer un tratamiento, ni cambiar su situación de consumo, la actuación de la familia es determinante. Es necesario que la familia marque unas pautas de respuesta claras ante este problema, ya que de ello dependerá, en muchas ocasiones, la toma de decisión final del afectado. Para ello, es de gran ayuda acudir a un Centro de Orientación Familiar, en el que los profesionales ayuden al establecimiento de dichas pautas, con el fin de lograr esa motivación para el tratamiento.